Tanto para desayunar como para la merienda, un bollo calentito siempre es de agradecer.
No son recetas de pensarlo y hacerlo ya, porque la masa necesita varias horas de reposo.
Solo es cuestión de planificarlo:
lo quieres para el desayuno, pues hacemos la masa por la noche, dejamos reposar en la nevera y horneamos por la mañana.
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Ingredientes para hacer 16 bollitos
100 grs. de Leche tibia
15 grs. de levadura fresca ó 5 grs. de levadura seca
280 grs de Harina de Fuerza
1 pizca de sal
75 grs. de aceite
75 grs. de azúcar
1 Huevo L
1 cucharada de granos de anís
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aceite
azúcar
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Deshacemos la levadura en la leche tibia
En un bol amplio tamizamos la harina de fuerza, añadimos una pizca de sal, el aceite, azúcar y el huevo ligeramente batido.
Echamos también los granos de anís. Si te molesta encontrar los granos enteros en el bollo puedes molerlos antes junto con la mitad del azúcar con el molinillo de café o electrodoméstico similar.
Finalmente mientras amasamos vamos añadiendo le leche con la levadura hasta obtener una bola de masa manejable algo pegajosa.
Aceitamos ligeramente otro bol amplio y dejamos en él la masa bien tapada con papel film.
Si horneamos al día siguiente lo dejaremos dentro del frigorífico, en caso contrario lo dejaremos cerca de algún lugar calentito para que vaya creciendo la masa.
Una hora antes de hornear, sacamos la masa y amasamos ligeramente.
Aceitamos ligeramente los moldes de muffins, boleamos cada porción de masa con las manos también aceitadas y las vamos dejando dentro de los moldes. Echamos un poco de azúcar sobre cada uno de ellos.
Transcurrido el tiempo, encendemos el horno a 180 grados y horneamos hasta que estén los bollos dorados.
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